Los gatos tienen fama de ser muy aseados y curiosos. Es cierto que son animales muy concienzudos con su higiene, y que se asean periódicamente ellos mismos, pero es recomendable seguir unas pautas básicas para reforzar y complementar sus cuidados. Esta serie de hábitos, realizados de manera periódica, ayudará a nuestras mascotas, y evitará problemas de higiene y de salud. Hagamos por ellos lo que no pueden hacer por sí mismos.

• Baño:no es necesario bañarlos con frecuencia, pero sí estar pendiente de que no esté sucio limpiarlo cuando haya demasiada sucidad o no pueda hacerlo por sí mismo. Cuando le bañes, hazlo con cuidado y con productos específicos.
• Oídos: limpia con cuidado esta zona, con geles y productos específicos.
• Ojos: evita la conjuntivitis limpiando con suero el lagrimal a diario.
• Uñas: si son demasiado largas, deben limarse o cortarse. Si tienes inseguridades sobre cómo hacerlo, o tu gato se pone demasiado nervioso, acude a un experto.
• Boca: la higiene bucal es fundamental. Puedes utilizar juguetes masticables y productos especiales para mantener sus dientes y lengua libres de bacterias.
• Secado: seca a conciencia a tu gato después del baño o aseo. No lo dejes húmedo, podrían aparecer hongos y bacterias.
• Relajación: aprovecha este tiempo con su minino para crear un ambiente tranquilo y calmado, así será más fácil gestionarlo, tu gato estará más relajado y, además, podréis compartir un rato agradable juntos.

¡Cuidado con el acicalamiento excesivo! Vigila las costumbres de limpieza de tu gato. Si se lame con frecuencia, o lo limpias demasiado, pueden aparecer llagas, pérdida de pelo o inflamaciones.